"El protagonista, D. Félix de Montemar, será, según el autor, "un segundo don Juan Tenorio" :un mujeriego, irreverente, arrogante, jugador, prepotente e incrédulo, que enamora, entre otras muchas, a Doña Elvira, una muchacha dulce y angelical a la que promete que si se entrega a él sería su esposo, pero a la que, una vez logrado su propósito, abandona sin compasión ni remordimientos. La muchacha morirá de amor y tristeza dejándole una carta. En una partida de cartas, D. Félix no duda en vender un collar y un retrato, probablemente de Elvira, para poder jugar una partida. Aparecerá Don Diego, hermano de Doña Elvira que pretende vengarla, y que morirá en un duelo con D. Félix, Este se queda vagando por las calles, donde encuentra a una misteriosa dama cubierta con un velo blanco a la que, como buen don Juan, tratará de conquistar. Para saber quién es acabará siguiéndola por un paseo que terminará en el cementerio de Salamanca , donde don Félix asistirá a su propio entierro, pero eso sí, manteniendo su altanería y cinismo, y llegando a decir que prefiere que el fenómeno sea obra del Diablo y no de Dios. De ahí llegarán a un palacio que deberán traspasar, y finalmente caen en un torbellino que los llevará a la tumba de Elvira., donde les reciben un coro de espectros y el propio D. Diego, que le comunica que debe casarse con D. Elvira. D. Félix retira el velo de la dama, y descubrirá horrorizado que es un espantoso esqueleto que impide su huida y termina besándolo, para darse cuenta de que también él murió en ese instante."
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