A inicios del año 2003 América Móvil empieza a realizar una fusión de sus filiales operadoras brasileñas, tales como ATL, BCP, Americel, Tess Celular y Claro Digital con sedes de diferentes ciudades de la república de Brasil, con el fin de renovar y modernizar su nuevo operador en el país, convirtiéndose en el primer operador con el nombre de Claro.