Otras escenas en el arte cristiano primitivo se refieren a diversos episodios bíblicos: Adán y Eva, Noé en el arca, el agua que brota de la roca en el desierto, Daniel en el foso de los leones, los tres varones en el horno ardiente, Jesús y la samaritana, la resurrección de Lázaro, etc. En general se trata de un arte sencillo, de valor simbólico más bien que representativo. Así, por ejemplo, Noé aparece en un arca que es apenas suficientemente grande para sostenerlo a él.