Al igual que la palabra cantata designa una composición para canto solista y bajo continuo, la palabra sonata designa en el Barroco una composición para ser "sonada", esto es, para uno o dos instrumentos (sonata a solo o sonata en trío, respectivamente) más el habitual bajo continuo. La combinación más habitual incluía violín, flauta travesera u oboe para la o las voces superiores, más violoncello y un instrumento de acordes (órgano, clave, arpa, laúd...) para el continuo: su textura muestra la polarización de voces típica del Barroco. Derivada de la canzona del Barroco temprano, la sonata solía dividirse en tres o cuatro movimientos de carácter y tempo contrastantes: típica es la secuencia Largo-Allegro-Adagio-Allegro.