La palabra “carisma” designa un atributo bastante impreciso. De todos modos, la mayoría está de acuerdo en que se trata de una especie de magnetismo personal, gracias al cual una persona se convierte fácilmente en el centro de atención y tiene la posibilidad de influir sobre los demás. Es, en últimas, una condición asociada al poder.
Algunos piensan que el carisma no es un don misterioso que surge de manera natural, sino una habilidad que se desarrolla pacientemente. De hecho, ni siquiera tiene que ver con algún tipo de destreza verbal, porque el carismático suele impactar con su presencia, sin necesidad de decir una palabra.