En la infección por VIH los requerimientos energéticos se ven afectados por factores hormonales y metabólicos. La pérdida de peso es el hallazgo más frecuentemente asociado con SIDA y, de hecho, precede a la aparición del síndrome.
(Fajardo-Rodríguez, A., & del Rivero-Vera, C. M. L., 2001)