Desde este punto de vista, los actores que componen el sistema internacional actual y tienen, por tanto, la capacidad de crear, modificar, negociar y orientar las políticas, las instituciones y las reglas de juego internacionales, son los siguientes:
• Los Estados Nacionales (EN)
• Las Organizaciones Interestatales o Intergubernamentales (OIG)
• Las Organizaciones No Estatales o No Gubernamentales (ONG)
• Las Empresas Multinacionales (EM)
• Los Individuos Influyentes (I)
Las organizaciones interestatales u organizaciones intergubernamentales, por su parte, son asociaciones e instituciones que representan a los gobiernos nacionales y trabajan por la cooperación internacional y la búsqueda de consensos en torno a los problemas mundiales que los afectan. Entre ellas están; la ONU, la OMT, el FMI, la OTAN y muchas otras de cobertura regional y universal.
Las organizaciones no estatales u Organizaciones No Gubernamentales (ONG) son asociaciones de individuos que tienen un carácter privado, mas no necesariamente lucrativo. Expresan y gestionan las necesidades y reivindicaciones de la llamada “sociedad internacional”, ponen como epicentro de sus actividades el interés general de la población mundial. Entre los temas principales de su agenda están; el medio ambiente, los derechos humanos, el desarrollo sostenible y sustentable y la ayuda humanitaria. Su carácter de actor internacional se debe a su capacidad para movilizar a la opinión pública global frente a diversas situaciones (a través de los medios de comunicación) y presionar a las autoridades gubernamentales o privadas encargadas de tomar las decisiones que los afectan. Entre las ONG más importantes están; Greenpeace, Médicos sin fronteras y Amnistía Internacional.
El cuarto actor internacional, mas no el menos importante, está formado por las empresas multinacionales como agentes centrales del sistema económico internacional que operan e influyen en una pluralidad de países (de ahí su carácter multinacional). El objetivo fundamental de estas empresas es el incremento de su capital y la ampliación de sus beneficios económicos. Uno de los criterios que advierte su poder e importancia en el sistema internacional es su participación en el PIB Mundial cuya producción anual supera incluso a la de otros Estados nacionales.
Finalmente, los individuos influyentes son personas que, por su oficio, su historia, su legitimidad social y su activismo internacional, pueden orientar eventualmente las decisiones políticas internacionales a partir de sus creencias, valores e ideas. El Sumo Pontífice, un Nobel de Paz e incluso los presidentes de los medios de comunicación más importantes del mundo, son personajes con poder de interlocución y negociación dentro del orden político mundial contemporáneo.
Pese a que “las naciones han buscado su propio interés con mayor frecuencia que los principios elevados, y han competido más que cooperado”, y pese a que las rivalidades históricas, las incompatibilidades culturales, las pasiones y ambiciones personalistas de los gobernantes y el control de territorios, bienes y recursos estratégicos continúan siendo restricciones a la pacificación del mundo y razones incesantes para la confrontación, el armamentismo y la guerra, la anarquía internacional no es total puesto que los actores del sistema internacional se agrupan a través de relaciones mutuamente reguladas y se insertan en una dinámica progresiva que los ha llevado a ajustar cada vez más sus actuaciones a normas establecidas. Las zonas de libre comercio reducen la competencia interestatal y generan, o requieren como condición, la existencia de escenarios de paz y reconciliación (fe en las virtudes pacificadoras del comercio).