En definitiva, se considera que un sistema cultural abarca los grandes campos de las técnicas (agricultura, ganadería, pesca, caza, tipo de herramientas, maquinaria…), las reglamentaciones (costumbres, instituciones, normas éticas y jurídicas) y las formas de representación simbólica (lenguaje, arte, mito y religión) que caracterizan a un grupo humano, diferenciándolo de los demás.