Pero sin duda, mantener contacto físico es adentrarse en la zona íntima, donde una persona es más vulnerable, y dónde la intromisión de una persona a la que no le hemos dado acceso, nos hará sentir invadidos, agredidos y poco respetados. Es precisamente por miedo a que esto ocurra, por lo que ponemos una barrera que impida el acceso a toda aquella persona no elegida para ello, relegándola a la zona personal, ausente de contacto físico