Los rasgos disfémicos pueden englobarse en tres grupos:
Aspectos lingüísticos: Uso de “muletillas”, abuso de sinónimos, discurso incoherente, desorganización entre pensamiento y lenguaje…
Aspectos conductuales: Mutismo, ansiedad, bloqueos, retraimiento, logofobia, conductas de evitación de la conversación…
Aspectos corporales y respiratorios: Tics, espasmos, alteración respiratoria, rigidez facial...