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ROMANTICISMO Y POSITIVISMO (Del estudio histórico de la humanidad Compte…
ROMANTICISMO Y POSITIVISMO
La época del Romanticismo corresponde a la primera mitad del siglo XIX y, filosóficamente, al Idealismo alemán, representado principalmente por Fichte, Schelling y Hegel. La corriente romántica encontró partidarios en los restantes países de Europa en medio del empirismo, del que pronto surgiría el positivismo.
Los empiristas ingleses habían remitido el origen de las ideas a la percepción sensible individual. Kant, en cambio, había expuesto la sujeción de las ideas a la estructura de la mente humana en general.
Con ello dejaba el camino abierto para filosofar sobre el espíritu del hombre, el supraindividual, y de aquí, más allá todavía, sobre el espíritu universal. Y esta es la idea de partida del idealismo alemán.
Según esta doctrina filosófica, el espíritu se aprehende por una intuición trascendental. El carácter esencial del espíritu es, de acuerdo con Fichte, la voluntad de acción; según Schelling, la belleza, y conforme a Hegel, la razón.
En esta visión de la unidad y totalidad del mundo material y espiritual hay dos aspectos de relevancia en la investigación de la naturaleza: en cada parte de la naturaleza subyace una idea y en cada parte de ella puede intuirse el todo.
Propia del idealismo alemán es su visión de la naturaleza, la Naturphilosophie. El universo, la materia y el espíritu, es concebido como como todo orgánico, viviente, evolutivo, tendiente a la perfección, y en que la naturaleza es la concreción del espíritu.
Esta escuela fisolosófica, nacida del empirismo, fue fundada por Augusto Compte (1789-1857) en la época de la revolución industrial: en un mundo en que se valoraron por sobre todo la ciencia y la técnica.
Partiendo de la tesis del empirismo de que la fuente del conocimiento es la percepción sensorial, el positivismo amplía la validez de dicha percepción tanto a la inmediata como a la mediata, esta última, a través de registros y medidas instrumentales.
Se afirma que no es posible conocer los principios y primeras causas de los fenómenos y que el intelecto humano en el campo de la ciencia ha de centrarse en establecer relaciones de causa-efecto, en lo posible, cuantitativas que permitan enunciar leyes científicas. Así, el positivismo elimina de su horizonte la metafísica.
Del estudio histórico de la humanidad Compte formula su tesis de los tres estadios por los que pasa toda sociedad
el estadio metafísico, en que la fe es substituida por la especulación intelectual,
el estadio positivo, en que el hombre admite la incapacidad del intelecto de conocer las causas primeras de los fenómenos y se circunscribe a investigar racionalmente la naturaleza.
En la concepción comptiana, la ciencia y la idea de la humanidad creadora se alzan a la altura de una religión. A pesar de algunas reacciones en contra de esta visión del hombre, el positivismo dominó el desarrollo de las ciencias de esa época, en medicina, la era de la bacteriología y de las especialidades.
el estadio teológico, en que los fenómenos naturales se explican por la acción de la divinidad;
Las normas de la metodología del conocimiento positivo fueron enunciadas por Stuart Mill.