La mente tiene manera peculiares de organizar la información, clasificamos todo lo que conocemos mediante categorías, a las cuales se puede acceder mediante estímulos y, a su ves, todo se encuentra interconectado, es decir, nuestro pensamiento se basa en relaciones. La activación de estas relaciones es lo que se conoce como priming, la recepción de un estímulo el cual crea un representación mental u otra dependiendo de la información recibida.
Por ejemplo, imagine que, en un experimento, escucha a través de unos auriculares la frase «estábamos en el banco». En ese momento, otra palabra (río o dinero) es enviada a su otro oído en un formato rápido y enmascarado, que no permite que la escuche conscientemente. A pesar de no poderle prestar atención, esa palabra presentada brevemente sirve como «prime» y puede guiar su interpretación de la frase que sí escucha. En un caso pensará que están sentados en un banco, en el otro caso se imaginará a las personas realizando alguna transacción en un banco