Apenas escuché la melodía, recordé todo de ella: su olor, sus labios, sus besos y sus caricias.Cortázar, Borges, Camus, Pessoa, Neruda, Saramago: todas son plumas exquisitas.
Muebles, vajillas, electrodomésticos, papeles, cuadros y fotografías. Todo quedó reducido a cenizas tras las llamas.