La producción y extracción de estos productos no fue creada por arte de magia. Si bien algunos millonarios latinoamericanos gastaron sumas fabulosas en París o Londres, sus empresas florecieron en América Latina porque decenas de miles de trabajadores, con bajos salarios y malas condiciones laborales, producían, transportaban y enviaban sus exportaciones a los mercados mundiales. Sectores campesinos de Europa, la esperanza de haber trabajado en América. Se convirtió en el motor de arranque de una corriente migratoria de grandes proporciones, especialmente hacia los países denominados ABC (Argentina, Brasil y Chile).