Los colores cálidos dan impresión de proximidad, y los fríos de lejanía. También influye el valor de la intensidad tonal de cada color: los valores altos, iluminados, sugieren grandiosidad, lejanía, vacío. Los valores bajos, poco iluminados, sugieren aproximación.
Los fondos iluminados y claros intensifican los colores, dan ambiente de alegría y los objetos tienen más importancia en su conjunto. Los fondos oscuros debilitan los colores, entristecen los objetos que se difuminan y pierden importancia en el conjunto.
En definitiva, el color sirve para centrar la atención, favorecer el ritmo en la narración y en el montaje, y expresar con más fuerza ciertos momentos.
Antes, era evidente que las películas eran a blanco y negro, pero con la legada del color al cine, este elemento paso a ser parte fundamental y significativa en lo audiovisual.
Porque depende del color que percibamos sensaciones, como la forma en que visualizamos al personaje, escena o toda la película.
-
-
-
-
El color simbólico. Se usan los colores en determinados planos para sugerir y subrayar efectos determinados.
El color psicológico. Cada color produce un efecto anímico diferente. Los colores fríos (verde, azul, violeta) deprimen y los cálidos (rojo, naranja, amarillo) exaltan.
Por otra parte, la Segunda Guerra mundial afectó gravemente la industria del cine en color, sobre todo en Gran Bretaña, que había producido varias películas de éxito, Las cuatro plumas (The Four Feathers, 1939), y El ladrón de Bagdag (1940), de Alexander Korda. Durante la guerra la mayoría de los directores volvieron al blanco y negro.
El color volvió a ser masivo en la década de 1950, buscando contrarrestar los efectos de la televisión sobre los espectadores.