En 1789 caía la Bastilla y estallaba la Revolución Francesa, uno de los eventos más conocidos y relevantes de la historia contemporánea y posiblemente la causante de casi todos los cambios que al poco tiempo sufrió Europa. Pero a veces, puede que como consecuencia del egocentrismo que tanto caracteriza al viejo continente, se olvida que la lucha por la ‘liberté, egalité, fraternité’ no fue la primera ocasión en la que un pueblo se alzaba en armas contra un tirano. En 1668 tenía lugar en Inglaterra la Revolución Gloriosa y, poco más de cien años después, las trece colonias del Imperio Británico en América del Norte demandaban romper lazos con su metrópolis. Comenzaba la Independencia de los Estados Unidos de América.