Tras la restauración del absolutismo por Fernando VII en 1814, se sucedieron sublevaciones militares liberales que fueron reprimidas. Finalmente, en 1820, el teniente coronel Del Riego se puso al frente de las tropas que tenían que embarcarse para América y se sublevó contra Fernando VII.
En 1823, Fernando VII invocó el Tratado de la Santa Alianza entre potencias absolutistas y un ejército de franceses apoyado por voluntarios españoles.
Sin embargo, durante la década ominosa Fernando VII inició contactos con los doceañistas, para asegurar su favor en la sucesión de su hija Isabel. Este acercamiento del rey a los liberales provocó la reacción de los absolutistas, que se agruparon en torno a su hermano Carlos