Esta afirmación no tiene fundamento científico demostrable, en el pasado más bien se ha verificado lo contrario. Lo que sí es cierto, más bien, es que para liberar progresivamente la energía de un terremoto, como el sucedido en L’Aquila con magnitud MW 6,3, se requeriría la suma de al menos 30 sismos con magnitud MW 5,3, o de 900 sismos MW 4,3 (RSN, 2013).
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