Esta última puede transformarse en otros tipos energéticos, pero no crearse ni destruirse. Y se manifestará cuando se produzca en ella una modificación concreta. Esto puede ocurrir
en presencia de fuentes de calor, o de otras sustancias, con las cuales se produce un intercambio de partículas que, por lo general, produce calor, luz u otras formas de energía derivadas de la reacción.