Esquizofrenia, trastorno esquizofreniforme y trastorno delirante.
Esquizofrenia
Revisión histórica
Criterios diagnósticos
Diagnóstico
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La esquizofrenia y sus trastornos relacionados han
sido reconocidos en la mayoría de las culturas y descritos a través de la historia documentada.
Para los clásicos, los términos manía y frenesí eran términos genéricos que se referían a un amplio catálogo de enfermedades psicóticas.
Aparecen descripciones más técnicas en libros como el Descubrimiento de la Brujería de Reginald Scot en el siglo XVI o en los escritos clásicos de Phillipe Pinel del siglo XVIII.
La importancia de realizar la distinción entre la demencia precoz y la enfermedad maníaco depresiva fue rápidamente establecida debido a su utilidad pronóstica y sigue siendo una de las distinciones más fundamentales en la psiquiatría moderna.
De acuerdo con el DSM-IV, el diagnóstico de la esquizofrenia requiere la presencia de una serie de síntomas positivos o negativos característicos durante una porción significativa de tiempo durante un período de 1 mes o inferior si se ha tratado de
forma satisfactoria; deterioro en el funcionamiento social, laboral e interpersonal; y signos continuos de perturbación durante seis meses como mínimo.
Disfunción social/laboral: Durante una parte significativa del tiempo desde el inicio de la alteración, una o más áreas importantes de la actividad, como son el trabajo, las relaciones interpersonales o el cuidado de uno mismo, están claramente por debajo del nivel previo al inicio del trastorno.
Duración: Persisten signos continuos de la alteración
durante al menos 6 meses.
Síntomas característicos: Dos (o más) de los siguientes, cada uno de ellos presente durante una parte significativa de un período de 1 mes (o menos si ha sido tratado con éxito): 1 . Ideas delirantes. 2 . Alucinaciones. 3. Lenguaje desorganizado
Exclusión de los trastornos esquizoafectivo y del estado de ánimo: El trastorno esquizoafectivo y el trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos se han descartado debido a: 1) no ha habido ningún episodio depresivo mayor, maníaco o mixto concurrente con los síntomas de la fase activa; o 2) si los episodios de alteración anímica han aparecido durante los síntomas de la fase activa, su duración total ha sido breve en relación con la duración de los períodos activo y residual
Exclusión de consumo de sustancias y de enfermedad médica: El trastorno no es debido a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia
Relación con un trastorno generalizado del desarrollo: Si hay historia de trastorno autista o de otro trastorno generalizado del desarrollo, el diagnóstico adicional de esquizofrenia sólo se realizará si las ideas delirantes o las alucinaciones
también se mantienen durante al menos 1 mes.
Trastorno esquizofreniforme
Esquizofrenia catatónico
Diferenciado
Esquizofrenia desorganizado
Residual
Esquizofrenia paranoide
Una conducta o habla desorganizada, una conducta catatónica o un afecto aplanado o inapropiado no suelen ser muy marcadas.
Kraepelin fue el primero en identificar un subtipo paranoide de la esquizofrenia en el que los pacientes presentaban delirios extraños y fragmentados que conducían a un deterioro de la personalidad.
Se caracteriza porque existe una preocupación por uno o más delirios o por la presencia de frecuentes alucinaciones auditivas.
En cambio, para Bleuler todos los trastornos psicóticos paranoides, excepto un pequeño número de casos de paranoia clásica, eran formas de esquizofrenia
El concepto de subtipo paranoide se preservó en el DSM-I (American Psychiatric Association, 1952) y se ha mantenido hasta el momento presente.
Es frecuente el comportamiento estúpido e
infantiloide.
Se asocia a una alteración social muy importante, a una personalidad premórbida y empobrecida, a un inicio temprano e insidioso y a un curso continuo sin remisiones significativas.
Predominan: Lenguaje desorganizado, comportamiento desorganizado, afectividad aplanada o inapropiada
El cuadro clínico está dominado por al menos
dos de los siguientes síntomas:
Presencia de una marcada alteración psicomotora (estupor o agitación) y trastornos motores inusuales.
Inmovilidad motora manifestada por
catalepsia (incluida la flexibilidad cérea) o estupor.
Actividad motora excesiva (que
aparentemente carece de propósito y no está influida por estímulos externos).
Negativismo extremo (resistencia aparentemente inmotivada a todas las órdenes o mantenimiento de una postura rígida en contra de los intentos de ser movido) o mutismo.
Peculiaridades del movimiento voluntario manifestadas por la adopción de posturas extrañas (adopción voluntaria de posturas
raras o inapropiadas), movimientos estereotipados, manierismos marcados o muecas llamativas.
Ecolalia o ecopraxia.
Puede necesitar supervisión médica a causa de
malnutrición, hiperpirexia o autolesiones
Están presentes los síntomas del Criterio A, pero no se cumplen los criterios para el tipo paranoide, desorganizado o catatónico.
Probablemente la presentación más común en la
práctica médica.
Se cumplen los siguientes criterios:
Ausencia de ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado y comportamiento catatónico o gravemente desorganizado.
Hay manifestaciones continuas de la alteración, como lo indica la presencia de síntomas negativos o de dos o más síntomas
de los enumerados en el Criterio A para la esquizofrenia, presentes de una forma atenuada
Trastorno delirante
Historia
Criterios
Comprende un grupo pequeño pero importante de manifestaciones caracterizadas por la presencia de ideas delirantes bien sistematizadas y no bizarras acompañadas de un afecto apropiado a la ideación, produciéndose en
personalidades relativamente bien conservadas.
Subtipos
El término cayó en desuso hasta que fue revitalizado al principio del siglo XIX por los psiquiatras alemanes, que estaban interesados en los trastornos caracterizados por delirios de persecución y grandeza
Kraepelin separó la paranoia de la demencia precoz y, como Kahlbaum, se centró en el curso longitudinal.
El término p a r a n o i a tiene raíces antiguas procedentes del griego para nous que significa literalmente una mente detrás de uno mismo y que se utilizaba originalmente en la literatura griega para denominar la enfermedad mental o la locura
Ideas delirantes no extravagantes (p. ej., que implican situaciones que ocurren en la vida real, como ser seguido, envenenado, infectado, amado a
distancia o engañado por el cónyuge o amante, o tener una enfermedad) de por lo menos 1 mes de duración
Nunca se ha cumplido el Criterio A para la
esquizofrenia.
Excepto por el impacto directo de las ideas delirantes
o sus ramificaciones, la actividad psicosocial no está deteriorada de forma significativa y el comportamiento no es raro ni extravagante.
Si se han producido episodios afectivos simultáneamente a las ideas delirantes, su duración total ha sido breve en relación con la duración de los períodos delirantes.
La alteración no es debida a los efectos fisiológicos directos de alguna sustancia (como una droga o un medicamento) o a una enfermedad médica.
1 . Tipo erotomaníaco (síndrome de Clerambault), en el cual existe la creencia de que una persona, normalmente de un estatus superior, está enamorada del paciente.
2 . Tipo de grandiosidad, en el cual existe la creencia de tener una fortuna, poder, conocimiento o identidad especial o tener una relación especial con una divinidad o una persona famosa.
3 . Tipo celotípico, en el cual la idea delirante es
que el cónyuge o amante es infiel.
4 . Tipo persecutorio, en el cual existe la creencia de que el sujeto está siendo maliciosamente tratado de algún modo.
- Tipo somático, en el cual la idea delirante es que
la persona posee cierto defecto físico, trastorno o enfermedad, como el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).