Los receptores eléctricos transforman la energía eléctrica en otro tipo de energía, por ejemplo en energía luminosa (una lámpara), calorífica (un radiador o una plancha), motriz o mecánica (un motor) o sonora (un timbre). El problema es que en estos receptores toda la energía eléctrica que consumen, la mayoría de las veces, no se transforma por completo en energía útil (luz, calor, etc.