El católico-romano cree que tiene dos fuentes de Revelación que se interpretan mutuamente; la Biblia y la Tradición.
conviene señalar que por encima de la escritura y de la tradición está la autoridad de la iglesia que, en la persona del papa, es infalible y es quién, en realidad, define la doctrina.
Los errores fundamentales de este sistema, a nuestro entender, son:
A) A la Revelación única de la Palabra de Dios, registrado en la Biblia, añade la tradición oral, sin garantía bíblica, apoyada únicamente en las referencias de Roma.
B) Somete la Escritura a la Iglesia, en vez de someter la Iglesia a la Palabra de Dios.
C) Y todo esto lleva a la formación de nuevas doctrinas, como si la Revelación de Dios no hubiera sido cerrada en el período apostólico (Judas 3)