Una vez finalizada la búsqueda de información interna, el investigador debe centrarse en fuentes de datos secundarios externos, idealmente siguiendo un plan previo que sirva de orientación ante la gran cantidad de fuentes que hay disponibles hoy en día.
Por lo tanto, la información secundaria puede dividirse, a grandes rasgos, en datos secundarios internos y externos:
Datos secundarios internos: se incluye la información disponible dentro de la empresa, desde datos contables o, cartas de clientes o proveedores e informes de vendedores o encuestas del departamento de recursos humanos hasta, por ejemplo, investigaciones anteriores
Datos secundarios externos: son los datos recopilados por fuentes externas a la empresa. Pueden encontrarse en otros organismos o empresas, como los datos censales, estadísticas institucionales, estudios gubernamentales, de organismos y asociaciones, investigaciones y datos difundidos en publicaciones periódicas, en libros, en Internet o, por ejemplo, los mismos datos digitales.