En la dinámica de la tradición moral intervienen actitudes, intenciones, actividades e instituciones, que toman formas de las más variadas como el conservadurismo, el radicalismo moral, la indiferencia, el cinismo, etc. Posturas que entran en conflicto y que requieren debates para ir articulando sus “acuerdos fundamentales”. Por ello, la tradición que no dialoga es tradición que se fragmenta, se desarticula y autodestruye. La morada el hombre. Miguel Ángel Polo Santillán.