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La hospitalización: un paréntesis en la vida del niño (Cuando el que…
La hospitalización:
un paréntesis en la vida del niño
El malestar que caracteriza la presencia de enfermedad fue descrito por Hipócrates como una ruptura del equilibrio del estado de armonía del individuo consigo mismo y con el exterior (Vicente y De Vicente, 1991).
Cuando el que enferma es un niño
Es frecuente que considere la causa de su malestar como un castigo por su mal comportamiento (Méndez, Mereia & LópezRoig, 2004).
La atención educativa a niños con necesidades especiales asociadas a discapacidad, subyace como toma de conciencia de las carencias que estas personas padecían.
El niño que se ve obligado a permanecer ingresado en una institución sanitaria precisa que le sean atendidas no solamente las necesidades médicas sino que, además, requiere de una intervención educativa.
El niño que se ve obligado a permanecer ingresado en una institución sanitaria precisa que le sean atendidas no solamente las necesidades médicas sino que, además, requiere de una intervención educativa.
En ocasiones, la enfermedad monopoliza la atención e inconscientemente se olvida la naturaleza humana de la atención sanitaria (Burgos & Paravic, 2003), tornándose más importante el órgano afectado que la persona enferma.
El permanecer hospitalizado en un medio desconocido, generan en el paciente un sentimiento de inferioridad y un deterioro de su autoestima
Tal es el impacto que la enfermedad ocasiona que un significativo porcentaje de los niños hospitalizados padecen trastornos emocionales durante el ingreso, hospitalización e intervención quirúrgica
La personalidad del niño condicionará la reacción ante la enfermedad
Así, es posible discernir entre tres tipos de afrontamiento (Carrasco, 2008)
pacientes que adoptan conductas desafiantes ante la enfermedad, inconscientes del posible riesgo que su comportamiento puede acarrear.
los niños retraídos, quienes tienden a aislarse y mostrarse distantes.
los manifestados por aquellos niños categorizados como dependientes, grupo que, ante el malestar sobrevenido, se refugian en la familia, tornándose vulnerables
será preciso que los profesionales enseñen de forma explícita al niño recursos que permitan sobrellevar las circunstancias acontecidas.
El proceso educativo seguido en la institución sanitaria, constituye un derecho del niño hospitalizado, que favorecerá la incorporación en su nivel de escolarización una vez finalizada su hospitalización
“Derecho a estar acompañado de sus padres o de la persona que lo sustituya el mayor tiempo posible durante su permanencia en el hospital”
Uno de los momentos críticos que han de atravesar es la comunicación del diagnóstico.
Para tratar de mitigarla es conveniente orientar a los progenitores acerca de cuál es la actitud más favorable que han de adoptar en relación a la enfermedad del menor.
intervención eficaz, no únicamente hemos de hallarnos en las necesidades del niño sino, así mismo, en las manifestadas por los familiares.
proporcionar de manera más integral ese otro elemento asistencial –la educación– que mejore la calidad de vida de todos los agentes que conviven en el centro hospitalario, muy especialmente la de los enfermos”
Esta acción simpatética se desplegará conjuntamente, a través de la reeducación emocional, corporal y la autorrealización, para llegar a la óptima recuperación del enfermo.
el principal objetivo desde el ámbito de la Pedagogía, radicaría en la realización de un análisis y detección de necesidades educativas al colectivo general de pacientes hospitalizados con estancias medias/largas, independientemente de la edad del paciente.