Uno de los temas que más presencia ha adquirido en la geografía social actual es el relacionado con las condiciones de vida en general de la población, y en particular con la pobreza, en sus relaciones con el hábitat y el territorio. Por una parte, el reconocimiento de las grandes diferencias en la distribución social y territorial de la riqueza y la pobreza viene concitando creciente atención, en articulación con las dimensiones económicas, políticas y, también, culturales. Ejemplos de esto son cuestiones tales como las transformaciones del Estado de bienestar, los efectos de políticas de ajuste estructural y liberalización económica, las políticas sociales del Estado, entre otras.