El mediastino contiene al corazón, grandes vasos, restos del timo, parte distal de la tráquea, partes proximales de los bronquios derecho e izquierdo, esófago, nervios vagos, nervios frénicos y el conducto torácico. Estas estructuras están rodeadas por tejido conectivo laxo, ganglios linfáticos y grasa. A lo largo de la vida del individuo, la laxitud del tejido conectivo y de la grasa, así como la elasticidad de los pulmones y pleura, permiten que el mediastino se acomode al movimiento y cambios de volumen de la cavidad torácica (por ejemplo, movimiento de la tráquea y bronquios durante la respiración, movimientos pulsátiles de los grandes vasos y cambios de volumen del esófago durante la deglución).