"Utilizar celulares, tabletas, pantallas o computadoras en los primeros cinco años de vida sí cambia el desarrollo cerebral, pero no necesariamente de forma negativa. Si se le da el acompañamiento necesario por parte de un adulto, si se escoge bien lo que ese niño va a ver, oír o interactuar con el dispositivo y se limita el tiempo de uso, puede ser una herramienta importante de aprendizaje y desarrollo a partir de los 18 meses." (Rodríguez, 2017)