La palabra juego aparece de manera cotidiana en el lenguaje hablado o escrito cuando hablamos, por ejemplo, de «juego limpio», «abrir el juego», «jugarse la vida», «es un juego de niños», «jugar con la salud», etc.
Tratar de definir con precisión qué es el juego es una tarea mucho más compleja porque bajo esa denominación englobamos una enorme variedad de conductas que, examinadas al detalle, presentan notables diferencias entre sí.