De la segunda vía la de realizar muchas acciones buenas, para que de la frecuencia nazca la facilidad, se dice en los proverbios "Anda a ver a la hormiga perezoso, mira sus costumbres y hazte sabio; ella, que no tiene capataz, ni jefe, ni inspector, durante el verano , prepara su alimento". Y todavía de modo extraordinario, con cuatro metáforas, lo enseña Salomón, al final de los proverbios:
"Hay cuatro seres minúsculos e la Tierra, pero que son sabios entre los sabios: las hormigas, pueblo sin fuerza, pero que en verano asegura su provisión; Los damanes, pueblo sin vigor, pero que hace su cubil en las rocas; as langostas, que no tienen rey, pero que todas marchan" en bandas ordenadas; el lagarto que se agarra con la mano, pero que se encuentra en los palacios del Rey