Este ciclo, observado por los pueblos originarios, marca el nacimiento de un nuevo periodo, a la par que brotan las semillas, los animales cambian pelaje, el hombre también se renueva.
Según sus creencias, cuando la noche haya llegado a su tope final, la naturaleza dará paso a un nuevo ciclo de vida, permitiendo renovar los sueños, esperanzas y compromisos hacia un futuro mejor.