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Complejo edípico según Lacan (Primer Tiempo (Corresponde a la fase del…
Complejo edípico según Lacan
Lacan deja de lado el Edipo como mito y pasa a ocuparse del mismo en otro nivel,
el estructural.
Se trata de una estructura en tanto es una organización con funciones y donde cada personaje se define en relación al otro y al lugar que ocupa. El Edipo es entonces entendido como estructura y el falo es el significante que articula y circula.
Este falo que circula como falta en la estructura es el falo simbólico; mientras que aquel queatiende a la subjetividad del niño del primer tiempo del Edipo (ya veremos) es el falo
imaginario.
Lacan remarca que Freud se basó en un mito y no en un hecho; y que, por ende,
el Edipo no está en el terreno de lo real sino en el ámbito de lo simbólico.
Es decir, es algo
que sucede en el ámbito del lenguaje.
Lacan plantea el Complejo de Edipo en tres tiempos, esos tiempos son lógicos en tanto tienen determinada sucesión, pero no guardan una cronología.
Lacan, se pregunta ¿de qué se trata el Edipo?
El deseo de la madre
es el falo.
Este falo se puede entender de dos formas:
1) es la referencia al deseo de la
madre derivada de ausencia de pene
2) es aquello que simboliza el sinsentido del
deseo
“Del deseo de la
madre, esto es capital, así como la metáfora paterna” (Lacan, 1969).
Primer Tiempo
Corresponde a la fase del espejo, momento de la construcción de un cuerpo en un espacio imaginario.
El niño se encuentra en una relación completa con
su madre e intenta identificarse no con la persona, sino con lo que supone es el objeto de deseo de la madre.
Esta es una identificación imaginaria. El niño quiere ser el objeto de deseo de la madre y entonces su deseo queda así alienado al deseo del Otro.
Al objeto de deseo de la madre, Lacan lo llama falo.
La madre castrada, se siente completa a través del hijo y por eso lo ubica en el lugar del falo.
Segundo Tiempo
El padre ingresa como agente que priva y desprende al niño de la relación imaginaria con la madre. La función del padre es la privación, priva a la madre de su ilusión fálica y priva al niño de la identificación imaginaria al falo.
El padre asume él mismo un lugar de fortaleza y omnipotencia. Con la acción de privación se inicia la castración simbólica, y tanto el niño como su madre pierden su valor fálico.
Para que la privación sea efectiva es necesario que la madre se dirija al padre y que el padre no quede dependiente del deseo de la madre.
Tercer Tiempo
La castración simbólica del segundo tiempo, culmina con el reconocimiento de la falta en la madre.
Ahora el padre es portador del falo, lo tiene pero
no lo es y a su vez, depende de una ley exterior.
El falo se encuentra por fuera del padre,
en la cultura.
Lacan considera, al igual que Freud, que la salida del Edipo se produce favorablemente si el niño se identifica con el padre (de quien deriva el ideal del yo) y el
niño pasa de ser (el falo de la madre) a tener.
Este paso del registro del ser al
del tener es lo que da cuenta de la instauración de la metáfora paterna y de la presencia de la represión originaria.
Aún planteado al Edipo en este movimiento de tres tiempos, para Lacan el Edipo se trata “de una estructura, constituida no en la aventura del sujeto sino en otra parte”
(1958).
Lacan le atribuye al Complejo de Edipo, efectos tales
como:
la aceptación de la ley de prohibición del incesto,
a renuncia (a nivel imaginario) al deseo de contacto genital con el progenitor del
otro sexo,
la identificación a un ideal,
un corte en el vínculo imaginario entre la madre y el niño,
la asunción del propio sexo.
María Macías