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EL CONFLICTO DEL PATRIMONIO Y/O EL PATRIMONIO EN CONFLICTO (EL PATRIMONIO…
EL CONFLICTO DEL PATRIMONIO Y/O EL PATRIMONIO EN CONFLICTO
INTRODUCCIÓN
Los intereses políticos, económicos y culturales que confluyen al tema del patrimonio nos han llevado desde hace algunas décadas a aceptar que el patrimonio es una construcción social
El patrimonio cultural, tanto arqueológico, histórico, material o inmaterial, está relacionado con procesos de memoria/olvido.
En general, el patrimonio aparece como un dispositivo que permitió condensar y encausar las múltiples manifestaciones culturales hacia un “nosotros” ligado al surgimiento del Estado-Nación
EL CONFLICTO COMO PATRIMONIO
Hacer del conflicto un patrimonio implicaría una nueva relación con los procesos de dolor, terror, y con toda la materialidad asociada a él. Una nueva relación, no contemplativa, sino más bien activa en el proceso de rememorar todo aquello que no queremos repetir
*Nuestros padres, nuestros abuelos y todos aquellos que le han dado sentido a nuestra sociedad han legado, de una u otra manera, el conflicto y la violencia a cada uno de los colombianos
Los procesos de memoria/olvido en contextos de conflicto incluyen un elemento trascendental, dada la característica traumática del recuerdo, que tiene que ver con los procesos simbólicos y materiales con que se condensa la memoria
EL PATRIMONIO COMO CONFLICTO
La Casa Arana como Bien de Interés Cultural de la Nación siendo objeto de acciones tendientes a su conservación física. Este lugar fue testigo de un conflicto que para muchos resulta distante tanto en términos espaciales, temporales como culturales. Allí fue el escenario donde se materializó la «fiebre del Caucho» que produjo la muerte de aproximadamente 30.000 indígenas a principios del Siglo XX
Desde que la propiedad de Escobar pasó a manos del Estado colombiano, y este a su vez lo entregó mediante contrato a la empresa Atecsa y a la Corporación Cultura Ambiental, quedó claro que la casa de Escobar nunca sería reconstruida, pues para nadie tiene valor ni histórico, ni arquitectónico, ni patrimonio
Aquellos eventos, objetos, y sus correlatos narrativos, que están ubicados en un pasado reciente causaran mayores problemas en el proceso de rememoración que aquellos que están ubicados más lejos en el tiempo
Un ejemplo claro de esto es la Hacienda Napoles la cual era propiedad del jefe del cartel de Medellín Pablo Escobar, fue el lugar donde se propiciaron cientos, quizás miles, de muertes y fue el centro desde donde irradiaba el terror y la violencia en una época de la historia colombiana
Definir qué se recuerda y qué se olvida pasa por preservar/borrar elementos asociados a la violencia y al conflicto. Esto debido a que, como lo menciona Ricoeur (2013: 108) en los archivos de la memoria colectiva se almacenan heridas simbólicas ligadas a la violencia que exigen curación
En los dos ejemplos anteriores queremos mostrar que estamos ante el patrimonio como conflicto, o mejor, ante los procesos de patrimonialización como conflictivos
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A continuación demostraremos como la falta de reconocimiento de esos espacios, eventos y narraciones que aparentemente “no tienen valor histórico, arquitectónico, ni patrimonial” condena al olvido la memoria de cientos de personas e imposibilita el conocimiento de los hechos del pasado que han convertido a nuestra sociedad en lo que es actualmente
PATRIMONIOS Y CONFLICTOS QUE ANTECEDEN AL CONFLICTO
“Todas las prácticas, los usos, representaciones, expresiones, conocimientos, técnicas y espacios culturales que las comunidades y los grupos reconocen como parte integrante de su identidad y memoria colectiva” (Artículo 8 de la Ley 1185 del 2008)
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Reducir el conflicto a un asunto exclusivo del conflicto armado hará que perdamos de vista aspectos igual de relevantes en la relación entre patrimonio, conflicto y violencia
Los antagonismos en conflicto ponen en escena el papel de la configuración de sentido sobre prácticas materiales e inmateriales que en la lógica de la fascinación por el objeto y por su valor de cambio oblitera aquellas configuraciones ajenas a esa lógica
“La memoria herida se ve obligada siempre a enfrentarse con pérdidas”
(Ricoeur, 2013: 109)
Como por ejemplo podemos poner en evidencia a los grupos desplazados entre aquellos que en su relación con sus tierras abandonadas por la fuerza han tejido una historia de vida colectiva por medio de manifestaciones materiales e inmateriales de lo que han ido heredando de sus abuelos
En este sentido, necesitaremos reelaborar una categoría de patrimonio que nos permita ver las complejidades de nuestros contextos y las posibles rearticulaciones de viejos problemas a nuevos escenarios, por lo cual La responsabilidad que esto implica será una responsabilidad política amparada en procesos concretos (el patrimonio cultural en abstracto opaca las realidades concretas) y orientada a la transformación del presente
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