Las principales fuentes de desastres, de origen natural, terremotos, maremotos, erupciones volcánicas, huracanes, el fenómeno de El Niño que provoca inundaciones, sequías, incendios, el crecimiento rápido y la intensificación de la pobreza en las zonas urbanas; la pobreza y la degradación del ambiente en las áreas rurales; la deficiencia en la planificación de políticas; la falta de interés político en la preinversión; la incipiente capacidad y recursos de la región para hacer frente al desafío de los desastres; la estabilidad macroeconómica y consolidación de la democracia; y la necesidad de reforzar las instituciones especializadas y la sociedad civil.