Ocurren cuando, durante un día lluvioso, las gotas de lluvia actúan como espejos que dispersan la luz en todas direcciones, descomponiéndola y formando el arcoiris. Éste se forma con los rayos del Sol que impactan en las gotas y se dispersan en un ángulo de ~138º, formando el arco; el rayo de luz entra en la gota, retractándose, luego moviéndose hacia su extremo opuesto y reflejándose en su cara interna, para finalmente refractarse al salir de la gota como luz descompuesta; los arcoiris suelen tener una duración de hasta 3 horas, y siempre se ven en la dirección opuesta al Sol.