Pueden centrarse en un aspecto de la situación pero no en otros, llegando a menudo a conclusiones ilógicas. Por ejemplo, cuando ven dos vasos iguales llenos de agua dicen que los dos vasos tienen la misma cantidad de agua, pero si se vierte delante de ellos el agua de uno de esos vasos en otro más delgado y alto, dicen que este vaso tiene más agua. O bien, si le das a un niño una galleta partida por la mitad, en vez de dársela entera, puede pensar que le estás dando menos, debido a que cada mitad es más pequeña que toda la galleta.