El edificio más característico del gótico es la catedral, templo de la sede episcopal, que se convierte en el símbolo del poderío económico de la ciudad y del prestigio de sus habitantes. El mundo urbano defiende su independencia respecto al decadente mundo feudo-rural, lo que se plasma en la aparición de otras edificaciones civiles emblemáticas, como las casas del gobierno municipal, las lonjas de comercio, los hospitales, mercados, casas de gremios, etc.
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