Tanto la Unión Europea como Estados Unidos consideran oficialmente a Hezbolá o su brazo armado como una organización terrorista, además de otros países tales como Australia, Canadá, Reino Unido, Países Bajos, Francia, Israel, Baréin, el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo y Egipto. Por el contrario, parte de los gobiernos del mundo árabe consideran a Hezbolá un movimiento de resistencia legítimo.