En otras palabras, toda sociedad humana consta de cuatro subsistemas, cada uno de los cuales interactúa fuertemente con los otros tres: el biológico, el económico, el cultural y el político. Por consiguiente, el medir el grado de desarrollo de una sociedad mediante indicadores de un solo tipo (p. ej., económicos) produce una visión deformada de la realidad social e inspira planes de desarrollo ineficaces y por lo tanto costosos. Un buen indicador de desarrollo no es un número único, tal como el producto bruto neto, o el promedio de años de escolaridad, sino un vector con componentes biológicos (p. ej., longevidad), económicos (p. ej., media de ahorro), culturales (p. ej., media de libros leídos por año por persona) y políticos (p.ej., fracción de la población que participa de actividades políticas). El ignorar o postergar cualquiera de estos grupos de indicadores da cómo resultado
sociedades desequilibradas,acudidas con frecuencia por crisis destructivas, y
que por lo tanto no logran salir del subdesarrollo.