Bueno, después de consultar estas tres lecturas y realizar este breve mapa rescato algunas ideas principales sobre el humanismo, la primera es que el cambio personal de la persona depende fuertemente del terapeuta y los factores que este tiene o realiza que lo impulsan. El ser real, genuino y estar presente es primordial durante una terapia humanista, pues sin estos elementos no podrá haber un cambio deseable, la persona está convirtiéndose está reconociendo cosas de sí que igual y pueden ser temerosas y necesita a un guía que cuente con cualidades que lo propicien y que este genuinamente interesado en el paciente, pues sin esto será muy difícil. Lo que una persona atraviesa durante un proceso terapéutico puede llegar a ser desagradable pues encuentra cosas desconocidas de sí mismo, pero el convertirse en persona será precisamente esto, que lo encuentre, lo reconozca y llegue a ser el mismo. Un terapeuta humanista debe tener preparación para la presencia terapéutica tanto en sesión como en su vida, durante el proceso debe optar por cierta postura y cualidades y en el tercer dominio que es la experiencia debe de estar inmerso, arraigado, en expansión y con y para la persona. Únicamente de esta manera podrá ser éxitoso el proceso terapéutico. Es importante que el terapeuta también este en contacto consigo mismo para auto reconocer que le inflige su exterior.