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ENSEÑAR LENGUA PARA APRENDER A COMUNICARSE CARLOS LOMAS (La competencia…
ENSEÑAR LENGUA PARA APRENDER A COMUNICARSE
CARLOS LOMAS
El objetivo esencial de la educación lingüística es:
La adquisición y mejora de los conocimientos, habilidades, actitudes y capacidades para desenvolvernos adecuada y competentemente en las diversas situaciones y contextos comunicativos de la vida cotidiana.
El aprendizaje lingüístico en las aulas
No debe orientarse exclusivamente al conocimiento de los aspectos forma les del código de una lengua,sino que, ante todo, debe con tribuir al dominio de los diversos usos que hacemos del lenguaje como hablantes, oyentes, lectores y escritores de textos de distinta naturaleza e intención.
La competencia comunicativa es:
El eje pedagógico sobre el que conviene articular la educación lingüística en la enseñanza obligatoria.
Tanto la educación lingüística como la literaria deben:
Favorecer el mayor grado posible de competencia comunicativa en el uso de esa herramienta de comunicación y contribuir al dominio de las destrezas lingüísticas más habituales (escuchar, hablar, leer, escribir).
El aprendizaje lingüístico en las aulas no debe orientarse de forma exclusiva al conocimiento (a me nudo efímero) de los aspectos formales del código de una lengua sino que:
Ante todo debe contribuir al dominio de los diversos usos del lenguaje que las personas utilizan habitualmente como hablantes, oyentes, lectores y escritores de textos de diversa naturaleza e intención.
El objetivo esencial de la educación lingüística es:
La adquisición y la mejora del conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y capacidades que nos permiten desenvolvernos en nuestras sociedades de una manera adecuada y competente en las diversas situaciones y contextos comunicativos de la vida cotidiana.
Existe un cierto acuerdo entre quienes enseñan literatura sobre cuáles deben ser los objetivos de la educación literaria en las aulas de la educación obligatoria:
La adquisición de hábitos de lectura y de capacidades de interpretación de los textos, el desarrollo de la competencia lectora, el conocimiento de las obras y de los autores más significativos de la historia de la literatura e incluso el estímulo de la escritura de intención literaria.
La educación lingüística y literaria debe favorecer el mayor grado posible de competencia comunicativa del alumnado en el uso de esa herramienta de comunicación y de representación que es el lenguaje y contribuir al dominio de las destrezas lingüísticas más habituales (escuchar, hablar, leer, entender y escribir) en la vida de las personas.
La competencia comunicativa es:
El eje pedagógico sobre el que conviene articular la educación lingüística en la enseñanza obligatoria.
Es aquello que un hablante necesita saber para comunicarse de manera eficaz en contextos culturalmente significantes.
Adquirir la competencia comunicativa no consiste sólo en tener la capacidad biológica de hablar esa lengua con arreglo a las leyes gramaticales sino también:
En aprender a usarla con arreglo a intenciones concretas en contextos de comunicación enormemente diversos y heterogéneos.
La adquisición de la competencia comunicativa se alcanza cuando:
Se usan de forma apropiada un conjunto de conocimientos, destrezas y normas que son esenciales para comportarse comunicativamente no sólo de una manera correcta sino también, y sobre todo, adecuada a las características del contexto y de la situación en que tiene lugar el intercambio comunicativo.
La competencia literaria:
Incluye los conocimientos, las habilidades y los hábitos que hacen posible el uso y disfrute de los textos literarios.
La competencia semiológica
Incluye los conocimientos, las habilidades y las actitudes que favorecen una interpretación crítica de los usos y formas de los medios de comunicación de masas y de la publicidad.
Cualquiera que haya enseñado lenguaje sabe que en ocasiones en las aulas el aprendizaje lingüístico se ha orientado de forma casi exclusiva, al conocimiento formal del sistema de la lengua en detrimento de otros aprendizajes orientados al dominio de los usos comunicativos más habituales (escuchar, hablar, leer, entender y escribir) en la vida de las personas.