La estructura social estaba encabezada por la nobleza, que se había instalado en las grandes ciudades, en lujosos palacios o mansiones, seguida por la alta burguesía, enriquecida con el comercio y los negocios financieros. El estrato inferior lo ocupaban los campesinos, que vivieron una situación bastante desfavorable y recurrieron a menudo a las revueltas, creando un clima de inestabilidad social.