Disminución del flujo sanguíneo a los riñones por un tiempo como en las hemorragias, cirugías, shock, paro cardíaco; oclusión u obstrucción en el trayecto de vías urinarias, síndrome urémico hemolítico, generalmente a causa por infección por E. Coli; glomerulonefritis, ingesta de varios medicamentos tóxicos para el riñón, entre otras.