En el siglo XVIII se descubre que el consumo de limones previene el escorbuto. James Lind, un médico escocés, llevó a cabo el que se considera como primer ensayo clínico. Dividió a 12 marineros con escorbuto en seis grupos de dos, y administró a cada grupo una sustancia diferente, proporcionando el resto de la alimentación idéntica a ambos de grupos. Estas sustancias diferentes eran: sidra, ácido sulfúrico, vinagre, una cocción de hierbas y especias, agua de mar, y naranjas y limones. Sólo el último grupo curó rápidamente del escorbuto