La importancia del culto a los muertos se manifestó en la construcción de tumbas, sobre todo, en las de los faraones. Los cuerpos de los faraones eran momificados, puesto que pensaban que, así, el cuerpo se conservaría en buen estado para la vida del más allá. Asimismo, se rodeaba al faraón de riquezas para la otra vida. Finalmente, las tumbas se componían de varias cámaras funerarias, decoradas con pinturas e inscripciones.