Mateo, o Leví, hijo de Alfeo, vivió en Capernaúm. Fue un publicano o cobrador de impuestos. Él escribió el evangelio que lleva su nombre.
Aunque sabemos poco sobre Mateo personalmente, el hecho sobresaliente sobre él es que fue un recaudador de impuestos.
Mateo fue diferente a los otros apóstoles, quienes fueron todos pescadores. Él pudo usar una pluma de escribir, y por su pluma llegó a ser el primer hombre en presentar al mundo, en el idioma hebreo, un relato de las enseñanzas de Jesús.