. Estadios iniciales del desarrollo.
La fertilización tiene lugar en el infundíbulo del oviducto de la gallina, que es la
primera porción del mismo. Conforme el huevo progresa por el oviducto, como ya hemos
visto, el embrión sufre en primer lugar los procesos de SEGMENTACIÓN o división ovular.
Esta división será condicionada por el vitelo, y será incompleta o meroblástica, con cuatro o
cinco divisiones con carioquinesis o división del núcleo completas, pero con citoquinesis o
división del citoplasma incompletas. Estas “células abiertas” estarán abiertas a la masa
vitelina. En este momento el disco germinal pasa a denominarse blastodermo o blastodisco.
Alrededor de la segmentación en estadio de 64-células tendremos células como tal,
llamadas blastómeras. Pronto se limitan los elementos celulares y se separan del vitelo
subyacente, apareciendo entre ambos un espacio o cavidad subgerminal. Las blastómeras
que cubren directamente la cavidad son las blastómeras centrales, que al igual que el nudo
embrionario de mamíferos formará las estructuras embrionarias.
Aproximadamente en el momento de la puesta se desprenden células del
blastodermo por un proceso de delaminación, que comienza en el polo caudal,
obteniéndose una BLÁSTULA con células en la superficie, o epiblasto, y células en
profundidad, o hipoblasto. Entre ambas poblaciones tendremos una cavidad o blastocele.
El proceso de GASTRULACIÓN se inicia con un engrosamiento en el polo posterior del
blastodisco, en la zona marginal posterior, por una expansión en esta zona del epiblasto. Se
inicia así un desplazamiento hacia la línea media de las células del epiblasto en una
secuencia caudorrostral, acumulándose células en la línea media caudal. Esta convergencia
progresiva de células en la línea media es la línea primitiva, que marca la situación del futuro
eje longitudinal del embrión. El extremo craneal de ésta línea primitiva se ensancha y
conforma el denominado nudo primitivo o nudo de Hensen.
A partir de la línea primitiva, y concretamente del surco primitivo, células de origen
epiblástico abandonan su localización y por un lado alcanzan el hipoblasto, al que desplazan,
formando el endodermo intraembrionario. Por otro lado, la mayor parte de células que
abandonan el epiblasto por la línea primitiva forman una población mesenquimatosa que
forma el mesodermo. Este proceso que sufren las células epiblásticas se denomina
involución. El resto superficial de epiblasto se transforma en un epitelio que se denomina
ahora ectodermo, con lo que ya tendremos las tres hojas germinales del embrión
Durante la fase de la neurulación tiene lugar la formación del tubo neural, y además
el comienzo del desarrollo del tubo digestivo, del corazón y de la delimitación del cuerpo
embrionario a partir de las tres hojas embrionarias. La neurulación comienza con un
engrosamiento del ectodermo en la línea media dorsal, que formará la placa neural, cuyos bordes laterales se elevan dando los pliegues neurales. Posteriormente la depresión de la placa conforma el canal neural. La confluencia en la línea media de los pliegues termina en la fusión de los mismos, formándose el tubo neural. La parte más dorsal de los pliegues dará además la cresta neural. Los extremos son los últimos en cerrarse, dejando los denominados neuroporo rostral y caudal. Simultáneamente a la formación del tubo neural, la región cefálica del embrión crece sobre la superficie del blastodisco y se alarga, formando el pliegue cefálico. El conjunto de tejidos cefálicos elongados se llaman proceso cefálico
El sistema nervioso periférico se forma desde células de la cresta neural que darán, entre otros tipos celulares, neuroblastos que producirán células sensoriales y autónomas, que a su vez formarán parte del sistema simpático y parasimpático. En su conjunto, la cresta neural produce muy diversos derivados en el individuo, y sufre durante el desarrollo una interesante migración celular, muy estudiada utilizando el pollo como modelo.