La Plaza Mayor estaba siempre abarrotada de puestos, algunos totalmente descubiertos, otros bajo los portales
, que vendían dulces, juguetes, sarapes, rebozos, sombreros, flores naturales y de papel, ropa, limas, navajas, martillos,
machetes y todo tipo de objetos viejos, a menudo robados. … Bajo el portal de las Flores, los escribanos públicos
redactaban cartas o peticiones de licencias.