El interés en las dimensiones más altas alcanzó su clímax entre 1870 y 1920.1 En esos años se convirtió en tema frecuente en la literatura fantástica, el arte e incluso algunas teorías científicas. La cuarta dimensión, entendida como dimensión espacial adicional (no como dimensión temporal, como en la teoría de la relatividad) apareció en las obras literarias de Oscar Wilde, Fiódor Dostoyevski, Marcel Proust, H. G. Wells y Joseph Conrad, inspiró algunas obras musicales de Aleksandr Skriabin, Edgar Varèse y George Antheil y algunas obras plásticas de Pablo Picasso y Marcel Duchamp, influyendo en el desarrollo del cubismo. Incluso personajes tan diversos como el psicólogo William James, la escritora Gertrude Stein o el socialista revolucionario Vladímir Lenin se interesaron por el tema.
ogamos un ejemplo: en un iperplano(un plano que representa tres dimensiones como una hoja) se puede representar una cuarta dimension como la prolongación del plano en la tercera. La formula de una esfera 2D seria R2 = x2 + y2; en tres, R2 = x2 + y2 + z2 así, podriamos seguir con una cuarta, R2= x2 + y2 + z2 + w2 y por tanto si despejamos para poder adaptarlo a nuestro mundo
(R2-w2)= x2+y2+z2
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