Es innegable la influencia que los factores genéticos ejercen sobre las características físicas, capacidad intelectual y rasgos de personalidad del individuo. Se sabe que el ambiente prenatal (incluye hábitos dietéticos, salud y enfermedad, status emocional, actitudes, exposición a drogas y radiación), influye favorablemente o no; algunos estudios sugieren que traumas psicológicos en el feto, o alteraciones del proceso de parto, pueden tener ulteriores repercusiones en el desarrollo de la personalidad.